30 de enero de 2008

CAL Y ARENA

No entiendo de que vas
Hay veces que me comes,de tanto quererme
Otras veces nunca estas y por mucho que te busque
No sé donde te escondes
No piensas igual
Todo te ha sentado mal
Yo es que no podia dejártelo pasar
Hay cosas del amor que no pueden faltar
No sé porque me das una de cal y otra de arena
Si te he dicho ya que pa mi es una condena
Que me lleva hasta desesperar
Y no se como arreglar que no me conformo con tenerte a medias mas
Tengo una obsesión si pasamos horas juntos
Siento que te aburres
Luego pienso y digo no
Si estuviera mal seguro que eso no se confunde
Que quieres de mi?
Si ya has dejado de sentir
Dimelo bajito y me olvido ya de ti
Si todo sigue igual ,ven corriendo por mi
No sé porque me das una de cal y otra de arena
Si te he dicho ya que pa mi es una condena
Que me lleva hasta desesperar
Y no sé como arreglar
Si cuando mas te pido menos das
No quiero regresar a vivir de esa manera
Ya no puedo llorar
Fuera miedos,fuera penas
Que el amor está pa disfrutar
Y si es conmigo sabes ya
Que no me conformo con tenerte a medias mas
Mi silencio te deja indiferente mientras yo
Sigo buscando cual es la razon
De porque me das una de cal y otra de arena
Si te he dicho ya que pa mi es una condena
Que me lleva hasta desesperar
Y no sé como arreglar
Si cuanto mas te pido menos das
No quiero regresas a vivir de esa manera
Ya no puedo llorar
Fuera miedos,fuera penas
Que el amor esta pa disfrutar
Y si es conmigo sabes ya que no me conformo con tenerte a medias mas

MERCHE

20 de enero de 2008

LA ENTREGA

Porque el cuerpo,
todo el cuerpo albergándole a la vida
su oscura aunque preclara omnipotencia,
siempre está aquí, estará siempre.
Y quien ama y quien desea,
quiere poseer y entregarse poseyendo.

Tarde y noche, amanecer o mañana,
al amor, el amar reclama al cuerpo
en tenue caminar, o alborotado
por de lavas repleto sendero:
la sombría eternidad que da a la vida
una muerte incrustada.

Un helado volcán;
¿son océanos lúcidos y vertigonosos
con furia de morirme mientras amo?
Porque así es la
entrega del que ama:
una despótica catástrofe.

¿Soy yo así, soy yo esto, se pregunta,
creciendo de salvaje encrucijada,
viviendo de mi muerte que rescato,
con furia de morirme cuando amo?
El cuerpo dócilmente escucha dentro
y otro yo se le asfixia en la pregunta.

Cuán intacto el despertar.
Ya despojándose la invasión de sí mismo,
gime el cuerpo. Vuelve el mar reclamándolo absorbente
y otra vez se desploma y recupera.


Carmen Conde